Actualmente, el mundo produce 430 millones de toneladas de plásticos al año, de los cuales dos tercios se convierten en residuos perjudiciales para el medio ambiente, además, se estima que esta cifra se triplicará para el año 2060; las estadísticas han generado preocupación y nuevas iniciativas para mitigar los daños a nivel mundial.
El plástico es el material de embalaje más complejo de reciclar debido a los costes y la desvalorización del producto después del proceso, por este motivo, se han implementado muchos desarrollos innovadores que buscan soluciones a los problemas del reciclaje, de ahí nace el re-looping.
Las técnicas más conocidas son el “closed loop” que consiste en que el plástico del producto original se reutilice para crear la misma clase de producto y así, finalizar el ciclo y, por otro lado, se conoce la técnica “open loop” que busca que el material reciclado se pueda utilizar para otro tipo de referencias o artículos. Sin embargo, estas enfrentan el problema de la disminución del grado del material y, por lo tanto, la desvalorización del mismo.
El re-looping a diferencia de los métodos ya existentes, convierten los productos usados en nuevos productos de igual o mayor valor manteniendo la calidad del material, pero ¿cuál es el secreto para obtener estos resultados? en primer lugar, desde el diseño los aditivos estabilizadores y los de procesamiento deben estar optimizados según los lineamientos de la FDA y la EFSA, esto con el fin, que puedan ser reutilizados en la industria alimentaria; en segundo lugar, se deben evitar las mezclas entre los diferentes tipos de plásticos y minimizar en lo posible el número de componentes, y en tercer lugar, se debe realizar un análisis del ciclo de vida de cada producto para analizar el impacto y las acciones de mejora en los procesos.